martes, 1 de abril de 2014

Lima es un caos

Foto: El Comercio


El transporte público limeño se ha convertido en tedioso y agotar en los últimos años, esto se debe al aumento del parque automotor que sólo el año pasado registraba 31,500 unidades en transporte público-buses y combis. Y no es precisamente el número excesivo, aunque lo parezca, de vehículos, lo que genera el gran caos vehícular de todos los días, esto se debe a la falta de señalización así como la carencia de vías correctamente diseñadas y asfaltadas, entre otros aspectos.

La falta de control y regularización de las autoridades encargadas de velar por la garantía de un transporte público de calidad es la principal causa del embotellamiento en las principales avenidas de Lima; sólo en nuestra capital se pueden hallar vehículos de hasta más de 30 años de antigüedad y son estos vehículos quienes forman parte de los 10 millones de viajes diarios que se genera en la capital según las cifras de la Gerencia de Transporte Urbano.

Cuando el ya conocido Metropolitano fue diseñado y garantizó acortar el tiempo de viaje para los usuarios, punto que se ha cumplido de cierta forma, la calidad de viaje es lamentable. Las medidas que optan los usuarios para poder subir a los buses va en contra de la integridad de ellos mismos.

Aún cuando la reforma del transporte no se ha puesto en marcha y se sabe que habrán empresas encargadas de recorrer los 5 corredores viales, la población limeña no tiene seguridad del cambio que va a generar los meses próximos.

Y, si bien no podemos cambiar a Lima de una gestión a otra, la población limeña debe realizarse una auto-crítica y no esperar que venga una autoridad para cambiarlos; debemos aceptar que la realidad limeña está así porque los ciudadanos la hemos llevado a este punto. 

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